¿Por qué hablamos de Platero en el colegio?
Porque este año se celebra el centenario de la publicación del libro Platero y yo, escrito por Juan Ramón Jiménez.
En menos de 5 minutos podéis conocer su historia.
Platero y yo. Celebramos los 100 años de su publicación.
el primer capítulo del libro, en el que se presenta al burrito protagonista de este libro.
Si lo quieres leer, también lo puedes hacer a continuación.
Si lo quieres leer, también lo puedes hacer a continuación.
Se acerca el carnaval
¿Sabíais que Juan Ramón Jiménez dedicó un capítulo de su libro más famoso a esta fiesta?
En el capítulo 126 del libro de Platero y yo, también disfrazan al burrito, bailando alrededor de él pero a Platero no le gusta.
Lee y verás lo que hacen los niños para liberar a “su amigo”.
Lee y verás lo que hacen los niños para liberar a “su amigo”.
“Carnaval”
¡Qué guapo está hoy Platero!
Es lunes de Carnaval, y los niños que se han disfrazado de toreros, payasos y majos, le han puesto el aparejo moruno, todo bordado, en rojo, verde, blanco y amarillo.
Cuando hemos llegado a la plaza, unas mujeres vestidas de locas, con largas camisas blancas y con guirnaldas de hojas verdes en la cabeza, han cogido a Platero en medio de su corro y han girado alegremente alrededor de él.
Pero Platero, muy asustado intenta huir por algún sitio. Los chiquillos, viendo que no podía salir rebuznan para que él rebuzne.
Por fin, Platero, logra salir del corro y viene hacia mí trotando y llorando, ha perdido su aparejo, no le gusta el Carnaval …
Fragmento del capítulo 126 del libro Platero y yo.
Ilustración del libro Platero y yo contado a los niños de Rosa Navarro Durán.
Seguimos con Platero
Hoy podemos leer, en el cole, al pie de la escalera, fragmentos del capítulo La carretilla, del libro Platero y yo ( ya sabes, del poeta andaluz Juan Ramón Jiménez).
En él vemos como Platero ayuda a un pobre borriquillo cargado de naranjas y a su dueña, atascados en el barro del camino.
Ilustración del libro Platero y yo contado a los niños, de Rosa Navarro Durán.
“La carretilla”
En el arroyo grande nos encontramos, atascada, una vieja carretilla…
Una niña, rota y sucia, lloraba sobre una rueda, queriendo ayudar con el empuje de su pechillo al borricuelo, más pequeño y más flaco que Platero. Y el borriquillo se revolvía contra el viento, intentando, inútilmente, arrancar del fango la carreta, al grito sollozante de la chiquilla…
Acaricié a Platero y, como pude, lo enganché a la carretilla, delante del borrico miserable. Lo obligué, entonces, con un cariñoso imperio, y Platero, de un tirón, sacó carretilla y burro del atolladero y les subió la cuesta…
¡Qué sonreír el de la chiquilla! …
Con su llorosa alegría, me ofreció dos escogidas naranjas, finas, pesadas, redondas. Las tomé, agradecido, y le di una al borriquillo débil y otra a Platero…
Fragmento de Platero y yo, capítulo 37
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